Van surgiendo las emociones, entrelazándose los sentimientos, añoranzas y, en esa lejanía física nos hundimos cuando recibimos la información más dolorosa de nuestra existencia, la muerte de un familiar. Esto se multiplica si se trata de nuestra madre, por ello queremos compartir en versos esos sentimientos que desgarran el alma humana, como es el caso de don Mauricio. Hoy damos respuesta a su invitación, compartir la oración en tan doloroso momento.
Hoy en esta poesía tan propia de nuestra identidad y, mientras nos sumimos en la maravillosa interpretación de la gran amiga Deisy Mardones, recordamos a doña COLOMBA RUBIO URZUA (Q.E.P.D), una mujer chilena que dejó su tierra para mirarnos desde el cielo.
Con mucho cariño por intermedio del amado Jesucristo, pedimos consuelo para los parientes y amigos Para doña Colomba venga la Resurrección.
Don Mauricio, su madre, como mí madre, nunca morirá, si no es olvidada. Está hoy en el aire que respiramos, en el agua que bebimos diariamente, en el fuego de este pan recién horneado y en la tierra firme acompañando feliz mis pasos.
Pienso que muchas veces, nuestra madre, estuvo lejana y el contacto físico estuvo ausente, pero hoy está aquí para no separarse nunca más, sin importar el lejano país, es vuestra fiel compañera. En este cantar eterno pedimos consuelo y paz.
Esperanza y Resurrección
Don Mauricio está de duelo pues su madre ha fallecido al clamor del afligido Dios padre dale consuelo. |
II
Brillando sobre la luna junto a Dios Omnipotente, una madre humildemente bendice como ninguna. En los campos sembró tunas en el pueblo mil vestidos, su amor fue correspondido mirando a su hijos correr, también debió socorrer al clamor del afligido. |
I
Vive en los cuatro elementos donde el amor se sitúa Colomba Rubio Urzúa se ha quedado en el viento. Es agua para el sediento aunque viva allá en el cielo, su cuerpo quedó en el suelo el fuego ya no le aterra, sabemos en esta tierra don Mauricio está de duelo. |
IV
La historia habla de Alberto el abuelo de Rancagua, las minas cambió por agua entre el cobre cayó muerto. En Rapel su Tío Beto nadaba con harto anhelo, rescataba en gran duelo de las aguas a los parientes, y clamaron los dolientes Dios Padre dale consuelo.
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II
Don Mauricio hombre de bien por Chile tiene cariño, nos cuenta que desde niño vio la luz en Llallauquén. Desde el Lago y su vaivén partió a Estados Unidos, hoy su corazón herido a Dios ruega fortaleza, quiere calmar la tristeza pues su madre ha fallecido. |
Despedida
Digo en la despedida Madre no puedo olvidar, me enseñaste a caminar luego de darme la vida. Reconozco en tu partida hay dolor y sufrimiento, triste son los sentimientos y quisiera estar contigo, para familia y amigos la distancia no es invento.
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